El Perú es uno de los países con mayor biodiversidad en América Latina, y a la vez uno de los más vulnerables frente al cambio climático. Sin embargo, el gobierno continúa con políticas de producción energética de fuentes no renovables tales como gas, y principalmente petróleo.
El país no solamente no considera el hecho de que el uso de fuentes de energía fósil generan los principales gases de efecto invernadero causantes del incremento de temperatura a nivel global sino que además, el proceso de exploración, explotación y utilización generan daños incalculables a la población y al medio ambiente.
Desde el enfoque de las políticas públicas, hasta el supuesto fomento del desarrollo y generación de empleo mediante estas industrias, olvidamos cuan nocivo es el uso de energías fósiles para la calidad de vida.
Perú debe reestructurar su enfoque energético en el uso de energías renovables, implementando paneles solares en las zonas alto andinas, colectores de calor para evitar el Friaje, el uso de biocombustible principalmente en zonas agrícolas, uso de energía eólica en los principales desiertos del país, entre otros.
Va a depender de nosotros como ciudadanos del planeta expresar nuestra disconformidad con el continuo uso de fuentes fósiles para producir energía en el Perú.
Si nosotros no nos preocupamos de nuestro presente, ni de las generaciones futuras, no esperemos cambios, ni vivir en un lugar respetuoso del ambiente.